Maca tardó más de 2 años en escribir y compartir con todos nosotros el nacimiento de su primer hijo. Sólo unos meses después quiere compartir el nacimiento de Pedro, su segundo bebé.
Si ya es emocionante acompañar a una pareja en el nacimiento de su bebé, cuando la relación pasa de ser sólo profesional a ser de amistad, la emoción se multiplica por 1000. Conoceros antes de vuestro primer embarazo, informándoos sobre alternativas al parto en caso de un día ser padres, y seguir acompañándoos con el paso de los años y ver cómo vuestra familia crece, nos hace inmensamente felices
Desde que pasó por nuestra cabeza formar una familia sabíamos que tendríamos más de un hijo y que se llevarían poco.
El nacimiento de Nico le dio vuelta a nuestra vida, la hizo mejor, la completó y ya en su primer mes de vida pensamos en el hermanito que tendría. El posparto de Nico fue fabuloso, lactancia establecida sin problema, dormíamos perfectamente gracias al colecho, estábamos más unidos que nunca como pareja. Era todo perfecto. Hasta que empecé a trabajar.
Mi vuelta al trabajo fue muy dura, me habían puesto noches cuando nunca las había hecho antes… Y Nico no dormía si no estaba yo. Y todo lo que era perfecto se volvió una pesadilla. Los meses fueron pasando, la vida seguía, pero yo no estaba bien. Tantos problemas en el trabajo y en casa me llevaron a un estado de ansiedad constante, no era capaz de cuidar de mi, ni de Nico… Pasaron muchas cosas esos meses, entre ellas que me fui de aquel trabajo que no me dejaba conciliar bien y me había roto como trabajadora, mujer, madre, esposa… Y todo empezó a ir mejor.
Empezamos hablar de un hermano para Nico, pero no nos pusimos fecha. No sabíamos cuando sería. Y llegó antes de lo esperado. Nico acababa de cumplir un año. Estábamos felices por ampliar la familia, pero a la vez nerviosos. Fue un embarazo duro para los tres. Isma decía que no estaba preparado para darle toda su atención a otro bebé. Nico era todavía un bebé y yo recuperándome de aquellos meses duros que pasé. Este embarazo fue muy diferente al anterior. A Isma lo sentí tan ausente en este embarazo que me hacía sentir fatal.
Muchas veces me hacía mucho daño con sus actitudes, hizo incluso que llegara en algún momento a rechazar este embarazo. Y eso me hacía sentir la peor madre del mundo. Me anoté a Yoga y me ayudó muchísimo a nivel mental, pude conectar con Pedro de una manera especial. El embarazo iba transcurriendo y parecía que Isma estaba mejor, pero no. Tenía miedo al parto. Confesó que el parto de Nico le pareció super duro y que no estaba preparado para otro parto así.
Y tras unas semanas de pródromos interminables, por fin me puse de parto. Estaba nerviosa. Isma estaba nervioso. Por mi cabeza solo pasaba que fuese un parto menos duro que el de Nico ( y eso que yo tenía un buen recuerdo de mi primer parto), que pasase todo rápido.
El parto de Pedro fue muy diferente al de Nico. Me deje llevar por las contracciones, el yoga me ayudó muchísimo a encontrar posturas que me hicieran llevadero el parto. Estuve en la bañera un buen rato, en la pelota, tirada por el suelo, colgada de las TRX, caminando… Sabía que quedaba poco para verle la carita a mi pequeño. Pero tenía miedo.
Tanto mi madre, como Carmen y Elisa me ayudaron muchísimo. Estaban tranquilas, me sonreían, me decían que lo estaba haciendo genial, y eso me encantó. Estaba feliz de estar viviendo por segunda vez algo tan importante, la llegada de un hijo, la llegada de Pedro.
Cuando ya no aguantaba más les pedí que me pincharan en el rombo de michaellis, recordaba que de Nico me había aliviado bastante, y así fue. Me alivió tanto que, en unas pocas contracciones, su cabecita se empezó a ver y casi sin darme cuenta en una contracción me puse de cuclillas y su cabeza estaba fuera, salió suavemente, notando presión, pero sin sentir el aro de fuego. Isma no hacía otra cosa que entrar y salir del salón preguntando si estaba bien, y me puse tan tan nerviosa que pedí a Carmen que me ayudase para que terminase de salir su cuerpo, no fui capaz de esperar a la siguiente contracción.
Y allí estaba!. Pedro nació tranquilo, no lloró. Lo cogí y lo abracé y él me miró con los ojos bien abiertos. En ese momento me volví a enamorar por tercera vez en mi vida. Me di cuenta de que el amor es infinito y de lo mucho que se puede querer. Por mi cabeza sólo pasaba que quería que llegase Nico para abrazarlos bien fuerte a los dos.
Ese primer día lo pasamos los 4 solos. Conociéndonos. Reorganizando nuestra vida. Nuestra nueva familia de cuatro. Y nuestra vida volvió a dar un giro, y esta vez era mejor todavía, teníamos lo mejor del mundo, nuestros dos hijos, el motor de nuestra vida.
Siguen pasando los días, semanas, meses… esto va tan rápido… Y estamos mejor que nunca. Y es gracias a Nico y Pedro. Nos llenan tanto. Nos han cambiado la vida a mejor. Somos felices de nuevo. Nos encanta nuestra familia de cuatro. Y quien sabe… Igual en unos años de cinco.
Muchas gracias Luna de Brigantia por estar en lo bueno y lo malo. El embarazo y parto de Pedro fue como fue… pero sin vosotras no hubiera sido posible. Gracias gracias y gracias.
Gracias a vosotros por escogernos de nuevo para acompañaros en un momento tan íntimo e importante y por estas bonitas palabras.