«Si no hay epidural, no hay paraíso» no es una frase nuestra. Esto lo ha dicho Pilar Rubio en el estreno de la nueva temporada de El hormiguero. Exactamente la frase fue «No os hagáis tatoos en la espalda porque no os podrán poner la epidural. Si no hay epidural, no hay paraíso».
Vaya por delante que a veces la epidural es necesaria y permite que un parto que ya no se estaba disfrutando se pueda vivir de forma más placentera. O en un parto en el que son necesarias determinadas intervenciones, gracias a ella las mujeres pueden vivir el proceso sin dolor. Incluso hay circunstancias en las que el dolor no permite una buena evolución del parto y en el momento en que el dolor desaparece, el parto fluye con rapidez. Pero eso no significa que si no hay epidural no puedas sentirte en el paraíso mientras pares. De hecho, hay muchas mujeres que consideran que a pesar de haber sentido dolor en sus partos, éstos han sido placenteros.
La epidural, como toda intervención conlleva unos riesgos:
- Reacción alérgica a la anestesia empleada
- Sangrado alrededor de la columna vertebral (hematoma)
- Dificultad para orinar, lo que lleva a que tengan que sondarte cada cierto tiempo.
- Caída en la presión arterial, que puede provocar una bajada en la frecuencia cardiaca en el bebé.
- Infección (meningitis o absceso)
- Daño neurológico
- Convulsiones
- Dolor de cabeza en los días posteriores
- No alivio del dolor (si, a veces la epidural no es efectiva…)
Además, el hecho de no poder moverse, hace que haya más dificultades para que el bebé se encaje y descienda por la pelvis, lo que aumenta el riesgo de necesitar ayuda de algún instrumento (fórceps o ventosa) para que nazca el bebé. Me sigue sorprendiendo que se hable tan alegremente de la epidural, cuando la decisión de ponerla o no ponerla debería tomarse tras valorar cuidadosamente los riesgos y los beneficios.
Lo que muchas veces lleva a una mala experiencia en el parto no es el dolor, si no la pérdida de control que experimentan algunas mujeres durante el proceso, el trato despersonalizado, las intervenciones por rutina, la falta de empatía, la soledad,… que hacen el que dolor se vuelva insoportable. Para que las mujeres puedan disfrutar de sus partos y sentirse en el paraíso es necesario reducir las intervenciones, hacer sólo las estrictamente necesarias, pero sobretodo, dotar a las mujeres de herramientas que las hagan autónomas para manejar su dolor (sofronización, masajes, calor, agua, acupuntura, aromaterapia, buen acompañamiento,…) y sólo cuando todas esas medidas ya no son efectivas, echar mano de la epidural.
Para tranquilidad de todas aquellas mujeres que tengan tatoos en la espalda y duden de si podrán o no ponerse la epidural, os diré que generalmente siempre queda algún hueco sin tinta en la piel en el que se pueda hacer la punción; pero de verdad, merece la pena vivir un poquito ese dolor, entregarse al parto y desplegar todo el poder que tenemos como mujeres, darnos la vuelta y sacar provecho y placer de ese momento.
Palabra de matrona
Después de muchas de varias horas de expulsivo, me pudo el cansancio y la desesperación, entre fórceps y cesárea, elegimos cesárea, con epidural…. No me hizo efecto y el dolor de cabeza me duro MESES, fue horrible
Qué horror!!! No te hizo efecto la epidural en la cesárea?
Yo he tenido un parto natural y uno con epidural…sinceramente para mí mucho mejor el que fue con epidural. Disfruté muchisimo mas y lo viví mas. El dolor del otro hizo que para mi fuese horrible…no veo nada placentero parir, la verdad! Si te puedes ahorrar el dolor mucho mejor….
totalmente de acuerdo, gracias por comentarlo