El parto en casa que necesitaba…

By | octubre 4, 2013

Cuando hace unos días escribí las palabras para mi bebé, aun no sabía el desenlace de nuestro nacimiento y parto en casa, pero ahora, cuando lo leo,  pienso… ¿Como no me di cuenta de que para escribir «eso» tenía que estar muy muy llena de oxitocina?

Rompí aguasLa bolsa de las aguas se rompió a las 3:29 del 24 de septiembre; me costó un poco hacerme a la idea, pero tras medir el ph del liquido y ver la cantidad de agua que iba saliendo, ya no había dudas.  Escuché el corazón del bebé y escribí a las matronas para que no hiciesen planes para el día siguiente.   Después todo fue tan rápido que sólo los whatsapps y llamadas intercambiados con Eva y Xela (2 de mis 3 matronas) y con mi madre, me han permitido reconstruir las horas previas al nacimiento de Jorge.Yo confiaba en  que el parto se iniciaría la siguiente noche, deseaba que fuese así porque aún tenía cosas pendientes por hacer al día siguiente.   Hice una lista de tareas para mi marido y después escribí las palabras para mi bebé; lo envié sobre las 5:30.  Cuando me acosté otra vez, empezaron a venir contracciones muy suaves y muy llevaderas, y yo seguí en mi idea de que todo se desencadenaría en la siguiente noche… A las 6 quise levantarme porque las contracciones ya no las llevaba tan bien en la cama y sentía la necesidad de ir ordenando algunas cosas por casa, pero como Carlos me pidió que nos quedásemos en la cama un ratito más, aguanté hasta las 6:45, que ya avisé a Xela.  Ella salía de trabajar a las 8, así que me pareció buena idea que antes de irse a casa, pasase por la mía para vernos un rato.

Me abrigué, sentía frío… Preparé el desayuno, pero estaba inquieta, tenía miedo de despertar a Helena y sentía que había muchas cosas pendientes por hacer, así que a las 7:20 llamé a mi madre.  La siguiente contracción la sentí tan potente que supe que sí estaba de parto.  Mi bebé nacería en esa mañana, sin dar tiempo a hacer todos los recados pendientes… Llamé a Eva a las 7:30 y le dije que fuese viniendo, que esto ya tenía pinta de no pararse.  Como pude, marqué el teléfono de Loreto, la fotógrafa,  y creo que fue Carlos el que habló con ella, porque yo ya no podía, a partir de ahí todo se volvió borroso en mi mente, me fui al planeta parto…  Eran las 7:38.

Helena se despertó, mi madre la llevaba en brazos a la cocina… Yo entré en la habitación del parto e intenté ponerme a 4 patas…era imposible, me dolía muchísimo toda la parte izquierda de la pelvis;  pensé que el accidente de la semana anterior me iba a fastidiar el parto. Intenté sentarme en la pelota, pero tampoco podía….Pedí que llenasen la bañera, pero necesitaba a Carlos tocando y presionando mi sacro en cada contracción… Como pudo y obedeciendo mis órdenes contradictorias, consiguió conectar la manguera.  Sentí muchísimo calor, tiré la chaqueta que hacía unos minutos necesitaba tanto… Carlos me pregunto si quería entrar en la bañera mientras se iba llenando, pero me di cuenta de que ya no daba tiempo… «Estoy empujando», le dije.  Me agarró por detrás, me puse en cuclillas y sentí como mi pelvis empezaba a separarse.  El dolor y la presión en el sacro era brutales.  Quise saber «donde» estaba el bebé…  Lo toqué en un segundo plano, estaba justo en la mitad de «tobogán» del canal de la pelvis.  En la siguiente contracción sentí aun mas presión en los huesos y al volver a tocar ya estaba más abajo, y en la siguiente… ya no me dolían tanto y la cabeza de Jorge estaba a ras de mi periné.  Sentí miedo a desgarrarme con esa salida tan rápida, y entonces empecé a hablarle, explicarle a mi bebé:  «ya te estoy tocando, ya estás aquí, sal despacito, no me hagas daño….»  Tengo la sensación de que tardó mas en este ultimo proceso, que en descender por la pelvis…

Cuando la cabeza estuvo fuera, las piernas ya no me sostenían, Carlos me soltó para que pudiese ponerme a 4 patas (ahora que ya no me dolía tanto), y así fue él el que recogió a nuestro bebé…

Mi madre ya había calentado toallas, y en cuanto cogí en brazos a mi cachorrito, ella nos tapó.  Helena se asomó enseguida por la habitación, en cuanto escuchó ese primer llanto mágico del bebé que acaba de nacer…  Cuando vio a su hermano se le iluminó la cara, le dijo «hola, yo soy la hermana mayor» y me pidió teta.  Nunca me habría imaginado dando teta a Helena 2 minutos después de parir.  Eran las 7:53, solo habían pasado 25 minutos desde que me di cuenta que estaba de parto!!!!!parto en casa

Alguien preguntó «que era» y comprobamos que tal como me decía mi intuición desde el principio del embarazo… Era un niño. Llegó Loreto, llegó Xela, llegó Eva.  Salió la placenta y Helena cortó el cordón.  Hablé con Carmen…Carlos explicó a las matronas la forma en que salió Jorge, que fue en posterior, es decir, con su cara orientada hacia mi pubis y su coronilla hacia mi sacro.  Ahora entendía porque tanto dolor en el descenso, y me alegraba de haber estado en casa.  Si llego a estar pariendo tal como indica el protocolo del Hospital Xeral no sé si lo habría resistido.  Mi pelvis dolorida por el accidente, el bebé colocado en «occipito-sacra» y yo en posición de «litotomía»… No desearía ese parto a nadie…A las 2 horas me levanté para ducharme, y Helena tal como es su costumbre quiso ducharse conmigo.  Nuestra rutina habitual, parecía que no había pasado nada… Desayuné con las matronas mientras Carlos hacía piel con piel con Jorge…Volví a la cama y ahí estuvimos los 4, dándonos calorcito hasta el día siguiente.  24 horas intensivas de contacto y reflexión:

Hacía pocos días que había estado compartiendo y analizando mis miedos con una matrona que acompañó partos en casa durante 25 años (Loli).   Le decía que tenía miedo a no ser capaz de desconectar mi cerebro de matrona y dejar únicamente activo el de mamífera.  Creía que cada vez que viniesen a escuchar el corazón del bebé no podría evitar activar mi «función matrona» y que eso no sería bueno…  Loli me dijo que ese miedo tenía que solucionarlo, antes del parto o en el parto, pero que me tocaría enfrentarme…  Cuánta razón!!!!  Toda la negación de no querer ver que ya estaba de parto, esa dilatación rápida y llevadera, ese expulsivo fugaz e intenso,… todo eso me llevó a parir sin las matronas.   No fue el parto que quería!  Yo quería a Carmen conmigo, fotos, incluso algún vídeo, pero lo que necesitaba era otra cosa, y lo tuve.  Cuando sentí ganas de empujar y me di cuenta de que pariría con mi familia, ya no hubo miedos ni control; me entregué al parto, y lo disfruté, a pesar del dolor y de no entender aún porqué estaba pasando…
 

No fue el parto que esperaba ni el que quería,  pero fue el parto y el nacimiento que necesitábamos.

3 thoughts on “El parto en casa que necesitaba…

  1. Mamá es la Leche

    Nos ha encantado el relato! Aunque dices que no era el parto que querías… No sé si ‘a toro pasado’habrá sido aún mejor que el parto que esperabas!! Aunque con Xela y Eva también habría sido maravilloso.
    Un abrazo para ti, para el bebé….

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  2. Mónica

    Qué bonita experiencia! Tengo los pelos de punta y lágrimas en los ojos. Me cuesta no emocionarme porque mi cuerpo necesita vivir un momento asi para reconciliarse con mi mente y mi corazon que no se recuperan de un parto inducido.

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